RICHARD BOWEN LUCHÓ CONTRA UN PSEUDOTUMOR, UNA ENFERMEDAD RARA, A TAN SOLO 11 AÑOS PARA COMPETIR EN LEVANTAMIENTO DE POTENCIA.
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Imagínese esto.
Tienes 11 años. Estás en sexto grado.
Una noche, llegas a casa quejándote de un dolor de cabeza terrible y terrible. A la mañana siguiente, no puedes ver nada.
Después de una visita al oftalmólogo y una recomendación de un vuelo de salvamento al hospital, descubres que toda tu vida había cambiado en ese momento.
Eso es lo que vivió el hombre mono Richard Bowen.
“Me ingresaron inmediatamente”, dijo Bowen. “La resonancia magnética y las punciones lumbares fueron mi vida durante las siguientes cuatro semanas. Mientras estaba en reposo en cama, desarrollé una afección y casi muero por deshidratación. Después de 14 horas de intentar ponerme una vía intravenosa, lograron colocarme una en el pie. Durante las siguientes dos semanas estuve en recuperación”.
Le diagnosticaron un pseudotumor, una enfermedad rara con menos de 200.000 casos al año. En esencia, el pseudotumor es una afección cerebral que provoca básicamente los mismos síntomas que un tumor cerebral: dolores de cabeza, náuseas, problemas de visión y mareos.
¿Lo más curioso? No es un tumor.
“Aproximadamente dos semanas después de una recuperación exitosa, me dieron el alta del hospital, pero me recetaron medicamentos que me impedían realizar cualquier actividad”, dijo. “Me obligaron a perder peso. La única opción que me quedaba era colocarme una derivación desde el cerebro hasta la vejiga. Todas las mañanas antes de ir a la escuela, durante los siguientes tres meses, corrí en la cinta. Perdí peso, vencí al pseudotumor y allané el camino hacia la buena forma física”.
Richard comenzó a competir en levantamiento de pesas en la escuela secundaria y todavía le encanta. Atribuye el miedo a la reaparición del pseudotumor, las historias inspiradoras de APEMAN y su familia como catalizadores para volverse más saludable y activo.
“Mi familia siempre me ha apoyado en todo lo que he hecho”, dijo. “Si tuviera que darle un consejo a alguien que esté pasando por un momento difícil como el mío, le diría que siga adelante siempre; no importa lo difícil que sea la situación, que siga trabajando porque al final solo le espera la grandeza.
"Te lo prometo."